es el resultado de la
perfección universal.
(Giovanni Campisi)
DETECTANDO
LO
EFIMERO
PREFACIO – PATRICIA MONICA VENA
Ningún otro título habría podido describir y analizar
mejor esta recopilación de historias de Vasiliki Dragouni, “Detectando lo
efímero”. Porque de eso se ocupa este libro, de formar un collar con pequeñas perlas
que son breves momentos de vida, justamente efímeros instantes que un
observador atento detecta y registra.
Un niño solo en una esquina, que espera a su madre que
entró en un negocio y tarda en volver, mientras empieza a oscurecer, y se
siente afligido y abandonado, y a su alrededor el mundo sigue hacienda sus
quehaceres diarios.
El encuentro de dos personas en un corredor; Una joven
que por fin logra comprar el suéter que sueña desde hace tiempo; un cielo azul.
Y muchos otros momentos que cada lector reconoce, porque al menos una vez en su
vida los conoció.
Otra de las características de “Detectando lo efímero”
son las atmósferas en las cuales se desarrollan las historias. Encontramos
frecuentemente ambientes de tipo post apocalípticos, llenos de angustia, que describen
situaciones sin expectativas, sin posibilidad de salvación. Lúcidamente la
autora decide de negar a los personajes, y al lector, cualquier esperanza.
Un ejemplo claro de esta característica:
“Lo único que quedaba era un paisaje, marcado por las
indescriptibles partidas de un mondo en ruinas. Aquí y allá aparecía una
sombra, lastimosa y muerta.”
Contribuye a aumentar la sensación creada por las
atmósferas enrarecidas, la elección de la autora de no dar nombres a los
personajes, como si no fuera importante que sean identificados, porque podrían representar
a cada uno de nosotros, que leemos y nos imaginamos los ambientes y las
circunstancias descriptas.
Desde un punto de vista sintáctico, con el uso de frases
cortas, sintéticas, en rápida sucesión, la escritora logra dar fuerza a la
acción y provoca una sensación casi de angustia, de ansiedad.
Los espacios y los personajes son hábilmente
descriptos, de modo que el lector se siente incluido en la escena, como un
observador oculto, sin que se pierda la característica de síntesis y de
economía de palabras:
“Hojas negras con forma de corazón. Su falda
negra. Una elaborada silla negra. Una
bufanda pálida le envuelve los largos cabellos negros, cubriéndole los hombros
y los brazos.”
Una lectura que envuelve y seduce al lector, y lo incita
a seguir adelante en este recorrido cautivador.
Patricia
Mónica Vena
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